Que las circunstancias fisiológicas y las psicológicas están
íntimamente relacionadas ya no es secreto para nadie en un mundo que poco a
poco se va liberando de oscuridades dogmaticas y conceptos fundamentalistas de
la existencia.
Lo que realmente está en vías de descubrimiento son las
leyes que rigen esta relación…no es tan sencillo como decir, estoy muy
estresado y me duele la espalda. Si bien ancestralmente las medicinas que
sobrevivieron como ecos de un lejano y sabio pasado humano tenían muy en claro
esos intrincados y sutiles mecanismos, hoy por hoy, todo está en vías de ser
reencontrado.
El sentido de toda medicina del futuro tiene que basarse en
estas premisas, o irremediablemente el ser humano caerá victima de su ciega
carrera en donde intenta someter de modos artificiales a su sapientísima madre
naturaleza.
Nuestro programa cultural adolece de serias desventajas,
indudablemente es errónea una concepción del mundo que lleva a la especie al
borde del colapso. Asimismo es erróneo el comportamiento físico y anímico de un
individuo si su resultado final es un permanente estado de incomodidad,
infelicidad, angustia, y dolencia corporal…
Nuestra medicina es uno de esos caminos en donde la
existencia vuelve a encontrar su unidad, el lenguaje corporal que trae nuestro
paciente, su desfasaje energético anímico único, son tratados no como síntomas
aislados de un mecanismo de relojería que en algún lugar rompió algunos de sus engranajes, sino como un complejo
humano vital, de un ser único que viene a reencontrar su totalidad.
En el enfoque holístico de nuestras técnicas se dispone no
solamente al alivio inmediato de los síntomas, si no más ampliamente a dotar a
nuestros pacientes de las herramientas necesarias anímicas y energéticas para
que sea mantenido por sí mismo el vuelco a la salud que pudieran haber
encontrado a través de nuestras manos…